Ikea,
la famosa cadena de
tiendas de muebles y complementos de decoración ha reconocido que usó presos políticos de Alemania del Este, e
incluso de Cuba, como mano de obra.
La investigación ha sacado a la luz esta trama, que afirma que
tales presos fabricaron estos muebles hace al menos 25 años.
A través de la investigación se ha dado a
conocer que fue entre los años 70 y 80 cuando esto ocurrió;
la investigación comenzó tras las acusaciones de algunos de los numerosos
presos involucrados, los cuales afirman que produjeron diversos tipos de
artículos para Ikea durante su estancia en la cárcel.
El contrato al que se encontraban sujetos estaba
compuesto por la producción de sofás, cerca de 10.000 mesas infantiles y
aproximadamente unas 35.000 mesas de comedor.
La
empresa sueca, Ikea, a declarado que por aquel entonces no disponían de ningún
sistema de control que pudiera haberlo evitado; afirman que si el sistema
hubiera sido el mismo que el actual, el hecho de que utilizaran a presos
políticos para la fabricación de dichos productos nunca se hubiera producido.
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